sábado, 16 de agosto de 2014

Historia y curiosidades de La Guayabera.

Por su relación con el mundo del Habano, hoy vamos a conocer un poco mas de esta cómoda prenda.

                                   

La guayabera es la prenda de vestir más cubana, equivalente en muebles al taburete, y en políticos a José Martí. Surgida a mediados del siglo XIX, con un origen que no acaba de decidirse si se debe al río Yayabo o a las guayabas que quienes primero la usaron guardaban en sus bolsillos, la guayabera es, también, desde hace dos años, el traje oficial de los diplomáticos cubanos, de quienes, al repasar la historia de esta prenda, no puede sino decirse que llegaron con bastante retraso a ella.

Cuando la Revolución Cubana depositó en la guayabera parte del nacionalismo del que le interesaba presumir, ya en 1948 su popularidad había llevado al Liceum Lawn Club a cuestionarse las condiciones de uso y...abuso. Tanto la quiso el socialismo cubano que, en 1973, la convirtió en prenda femenina y en los años 80, uniformó a los trabajadores de la gastronomía con ella, quienes así se adelantaron en 20 años a los de la diplomacia.

La historia enseña que estas camisas se originaron en Sancti Spiritus, Cuba, ciudad fundada por don Diego Velázquez en 1514, siendo ésta la sexta villa establecida en esa preciosa isla.

Corría el año 1709 cuando llegaron a dicha ciudad, procedentes de Granada, la bella e histórica ciudad andaluza, don José Pérez Rodríguez y su esposa Encarnación Núñez García. José era de Oficio alfarero y generalmente lo llamaban «Joselillo». Al poco tiempo de haber llegado a Sancti Spiritus, ya se había construido una nave en las márgenes del río Yayabo, el cual cruza la parte sur de la ciudad de oeste a este. Después de estar trabajando un corto tiempo en su alfarería, o tejar como también comúnmente se le llama, recibieron varias piezas de tejidos que sus familiares les enviaron desde España.

Fue inmensa la alegría que ambos experimentaron cuando les fue entregado el paquete de tela, porque Encarnación, como la mayoría de las mujeres en esos tiempos, era costurera. Tiempo más tarde Josélillo dirigiéndose a Encarnación, en su típico «andalucismo” le dice: « Encarnación, estoy pensando que sería muy ‘gúeno’ que me hicieras camisas largas con bolsillos grandes a los lados, ‘asiná’ como gabán, para poder llevar la fuma y otras cosillas al «talle”.

No fue fácil, pero después de varias pruebas Encarnación pudo coser una prenda de vestir que fue del agrado de su querido esposo. Josélillo, con mucho orgullo por ser una pieza original de su esposa, comenzó a usarla y al poco tiempo los guajiros -como llaman en Cuba a los campesinos-de la comarca, viendo la comodidad y la economía que resultaba de esta prenda de vestir, también comenzaron a usarla.

En la ciudades, los poblanos lanzaron contra esta nueva vestidura todos los improperios que se les ocurrían; a lo menos decían que era mejor no vestirse; que parecían mamarrachos los que usaban. Ni las clases bajas de los pueblos eran capaces de salir a la calle con esta vestidura. Pero como la historia nos ha enseñado de que tarde o temprano el progreso seguirá avanzando, unos años más tarde los poblanos más humildes se atrevieron a usar la susodicha prenda y despacio, pero a seguros pasos, fue extensamente adoptada posteriormente por gente de la clase media, si bien con ciertos temores de ser criticada.

La historia enseña que estas camisas se originaron en Sancti Spiritus, Cuba, ciudad fundada por don Diego Velázquez en 1514, siendo ésta la sexta villa establecida en esa preciosa isla.

Corría el año 1709 cuando llegaron a dicha ciudad, procedentes de Granada, la bella e histórica ciudad andaluza, don José Pérez Rodríguez y su esposa Encarnación Núñez García. José era de Oficio alfarero y generalmente lo llamaban «Joselillo». Al poco tiempo de haber llegado a Sancti Spiritus, ya se había construido una nave en las márgenes del río Yayabo, el cual cruza la parte sur de la ciudad de oeste a este. Después de estar trabajando un corto tiempo en su alfarería, o tejar como también comúnmente se le llama, recibieron varias piezas de tejidos que sus familiares les enviaron desde España.

Fue inmensa la alegría que ambos experimentaron cuando les fue entregado el paquete de tela, porque Encarnación, como la mayoría de las mujeres en esos tiempos, era costurera. Tiempo más tarde Josélillo dirigiéndose a Encarnación, en su típico «andalucismo” le dice: « Encarnación, estoy pensando que sería muy ‘gúeno’ que me hicieras camisas largas con bolsillos grandes a los lados, ‘asiná’ como gabán, para poder llevar la fuma y otras cosillas al «talle”.

No fue fácil, pero después de varias pruebas Encarnación pudo coser una prenda de vestir que fue del agrado de su querido esposo. Josélillo, con mucho orgullo por ser una pieza original de su esposa, comenzó a usarla y al poco tiempo los guajiros -como llaman en Cuba a los campesinos-de la comarca, viendo la comodidad y la economía que resultaba de esta prenda de vestir, también comenzaron a usarla.

En la ciudades, los poblanos lanzaron contra esta nueva vestidura todos los improperios que se les ocurrían; a lo menos decían que era mejor no vestirse; que parecían mamarrachos los que usaban. Ni las clases bajas de los pueblos eran capaces de salir a la calle con esta vestidura. Pero como la historia nos ha enseñado de que tarde o temprano el progreso seguirá avanzando, unos años más tarde los poblanos más humildes se atrevieron a usar la susodicha prenda y despacio, pero a seguros pasos, fue extensamente adoptada posteriormente por gente de la clase media, si bien con ciertos temores de ser criticada.

A los nativos de Sancti Spiritus actualmente se les conoce como espirituanos o espirituanas, pero en aquellos tiempos también se les conocía como «yayaberos” o «yayaberas”, nombre que provenía del antes mencionado río Yayabo, y por este motivo a esta vestidura se le indentificaba como «yayabera”. Además, alrededor de Sancti Spiritus- mi pueblo-abundaban plantas diversas variedades de esa deliciosa fruta que es la guayaba. Como esta camisas siempre han tenido al frente dos bolsillos bastante grandes, los guajiros acostumbraban llevar guayabas en estos bolsillos y de esta costumbre nació el nombre de «guayabera”, sustituyendo el de «yayabera”, como le llamaban a las mujeres del pueblo. Así nació la siguiente cuarteta trovadoresca local:

Y la llaman guayabera por su nombre tan sencillo por llenarse los bolsillos con guayabas cotorreras.

El tiempo permitió diversas variaciones, no solamente en su nombre, si no también en su estilo. Se les añadió las muy bien confeccionadas alforcitas y se les agregó una serie de botones por todas partes. Pero la variación más significativa nació durante las guerras de independencia de Cuba, desde 1868 hasta 1898. Cuba está reconocida por haber alcanzado su independencia con las cargas de caballos guiados por los libertadores, machete en mano. Como el machete sobresalía más arriba del cinto, por debajo de la guayabera, la guayabera fue alternada con dos aperturas laterales para facilitar la rapidez para desenfundar el machete.

Nuestros venerables veteranos de esas guerras usaban las guayaberas de hilo porque era un puro símbolo de patriotismo, y en su pecho colgaban la bandera tricolor con la estrella solitaria y la medalla de oro que los distinguía como libertadores. El general Calixto García y sus ayudantes de guerra usaban esta prenda de vestir. La guayabera, por la espalda, muestra el diseño de la bandera cubana.

Durante nuestra luchas libertadoras, los españoles consideraban ejecutor de una tremenda traición, al cubano que usara una guayabera con este diseño en la espalda, y aquellos cubanos capturados usando este tipo de camisas eran inmediatamente fusilados.

El primero de julio fue escogido por el Gobierno de la República de Cuba, para celebrar cada año El Día de la Guayabera, ya que fue en esa fecha el nacimiento del poeta cubano Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, más conocido como « El Cucalambé” (1829-1862), quien escribiera varias décimas cubanas, siendo el primero en mencionar la guayabera en una composición. A continuación reproducimos dos de las muchas «décimas” cubanos dedicadas a la guayabera:

¡ Oh, guayabera ! camisa de alegre botonadura. Cuarto bolsillos, frescura, de caña brava y de brisa. Fuiste guerra mambisa con más de un botón sangriento cuando el heroico alzamiento, y por eso la Bandera tiene algo de guayabera que viste al galán del viento. Invasora espirituana, comenzaste tu invasión y entre Júcaro y Morón te llamaban «La Trochana”. Te quiso, «Camagúeyana” el Camagúey noble y bravo, hasta que al fin, desde el Cabo de San Antonio a Maisí, Cuba no viste sin tí,- Onda fresca del Yayabo-.

La guayabera, la tradicional camisa plisada y de cuatro bolsillos que se usa suelta sobre los pantalones, se ha vuelto omnipresente en esta ciudad gracias a los exiliados cubanos que huían de Fidel Castro y sus uniformes verde militar. Ahora que la primera generación de exiliados empieza a morir, algunas tiendas de ropa masculina tratan de adaptar la prenda de varios siglos de existencia a una generación más joven, que busca estar a la vanguardia de la moda. No es una tarea fácil.

Antonio García-Martínez, un hijo de exiliados cubanos criado en Miami, dice que la clásica guayabera de lino tiene sus límites: se arruga con facilidad, es de apariencia cuadrada y demasiado anticuada para su gusto. “Te hace ver como un abuelo cubano en un funeral”, dice.

Se cree que la guayabera, prenda muy popular en los países cálidos, desde el Sudeste Asiático hasta el Caribe, tiene su origen en Cuba, donde se expandió hasta convertirse en un símbolo de la elegancia en La Habana. Entre sus fieles seguidores, encontró a figuras internacionales como el escritor Ernest Hemingway.

Actualmente, la mayoría de las guayaberas —de manga corta y larga— son hechas en México o China, principalmente de algodón o telas sintéticas que se secan rápidamente después del lavado.

Sin embargo, todavía quedan algunos sastres en Miami apasionados por esta prenda y deseosos de actualizarla para atraer a los hombres más jóvenes. Algunas empresas están promoviendo versiones extremas de la guayabera, que incluyen colecciones para bebés y ropa para perros. Pero el principal énfasis es captar a los jóvenes, que están entre los principales consumidores de la moda en la ciudad.

Louis Puig, de 52 años, conoce bien a este grupo de consumidores. Su padre, Ramón Puig, un reconocido sastre, ganó fama en Cuba como un mago de la guayabera, una reputación que después lo siguió a Miami, donde pasó a ser “el rey de las guayaberas”. Ahora que el rey ha fallecido, Louis Puig—quien ha trabajado como DJ y es propietario de Club Space, una de las discotecas de música electrónica más populares de Miami— intenta tonificar el negocio de la familia al abrir una sucursal en el centro de Miami, lejos de la Pequeña Habana, donde se instaló su padre en 1971.

Costosas guayaberas de lino y algodón a rayas y de colores fuertes cuelgan de los estantes, un cambio radical frente a los tradicionales colores blanco, beige o celeste. También hay vestidos estilo guayabera para las mujeres.

La nueva boutique, denominada “Ramón Puig Guayaberas”, tiene retratos de atractivas modelos luciendo sus guayaberas por Ocean Drive, en South Beach. “La guayabera es lo más cool del mundo”, dice Puig, “Ya no es simplemente la camisa de tu papá. Es cool al estilo cubano”.

Los orígenes de la guayabera siguen siendo un misterio. Lo que está claro es que la prenda permitió a los campesinos y los soldados españoles a soportar mejor el calor de Cuba y pronto se expandió a otras colonias españolas en América Latina y el Sudeste Asiático.

                                  

Tras la revolución cubana, la mayor parte de la producción se trasladó a la Península de Yucatán en México, donde los fabricantes le añadieron bordados. La guayabera también se ha convertido en “la camisa mexicana de bodas” y ha ganado adeptos entre los jefes de Estado latinoamericanos, entre ellos el propio Fidel Castro.

Fuente: Cuba Material


domingo, 27 de octubre de 2013

Excelente cosecha de tabaco en Cuba


 
Los vegueros cubanos han realizado ya sus estimaciones para la cosecha 2013/2014 y sus previsiones son que esta representará casi un 13 % más que la de la temporada anterior.
El sector tabacalero cubano prevé cosechar 26.400 toneladas de tabaco en rama durante la campaña 2013-2014, lo que significa más de 3.000 toneladas por encima de la temporada anterior, de acuerdo con las estimaciones realizadas entre los vegueros.
 
La cosecha correspondiente a municipios como San Luis y San Juan y Martínez, en la provincia occidental de la isla, supondrá una aportación de magnifico rendimiento para la obtención de las capas con que se cubren las principales marcas de habanos como Cohiba, Montecristo, Romeo y Julieta o Partagás.
 
Dado que hasta ahora la climatología ha sido benigna con las vegas tabacaleras y no se han resentido, en las tierras donde hace semanas se establecieron ya los semilleros, los vegueros realizarán hasta finales de octubre los trabajos correspondientes al trasplante.
 
Cuba y emplea, en la temporada normal, a unos 150.000 trabajadores en la isla que puede llegar al cuarto de millón en los momentos “pico” de la recolección que dará comienzo en el mes de diciembre para luego pasar a la fase de curación en los secaderos, que se prolongará hasta finales del primer trimestre del año 2014.
 
La corporación internacional Habanos S.A. vende en estos momentos en más de 150 países, acapara el 80 por ciento del mercado global de los cigarros Premium, salvo en Estados Unidos,  y distribuye 27 marcas en los cinco continentes, encabezadas por Cohíba, Montecristo, Romeo y Julieta, Partagás, Hoyo de Monterrey, H.Upmann y Punch.
 


 

 

sábado, 14 de septiembre de 2013

Aumentan las ventas mundiales de Habanos

 

El primer semestre de este año 2013 ha sido óptimo para las ventas mundiales de habanos, ya que estas crecieron hasta un 2% de los millones que se venden en países de los cinco continentes respecto de la primera mitad del pasado 2012.
 
Las cifras dadas a conocer por el vicepresidente de Habanos S.A., distribuidor exclusivo de los cigarros cubanos Premium en todo el mundo, Jorge Luís Fernández Maique, señalan que en cuanto al valor de las ventas estas aumentaron hasta un 3%.
 
En el periodo de referencia se registraron incrementos en los mercados europeos tradicionales de habanos, como es el caso de Francia, Alemania, Suiza y Reino Unido, mientras que hubo decrecimiento en otros países como España, Grecia y Portugal.
 
Fernández Maique señaló también que pese a las duras leyes antitabaco vigentes en Europa, uno de los principales mercados de los habanos, esperan finalizar 2013 con una tendencia creciente en estas ventas.
 
No obstante, en otros mercados como en naciones de Asia y Rusia hubo aumentos significativos, así como en países de Oriente Medio.
 
En cuanto a las vitolas preferidas por los aficionados de todo el mundo siguen en cabeza los formatos de tipo robusto, seguidos de las marevas, y encabeza este ranking el Partagás Serie D nº 4.
 
La corporación internacional Habanos S.A. vende en estos momentos en más de 150 países y acapara el 80% del mercado global de los cigarros Premium, salvo en Estados Unidos, y distribuye 27 marcas en los cinco continentes, encabezadas por Cohíba, Montecristo, Romeo y Julieta, Partagás, Hoyo de Monterrey, H.Upmann y Punch..

 

 
Por Angel García Muñoz

 


domingo, 18 de agosto de 2013

El lector de tabaquería: una tradición cubana

 

En Cuba la tradición de leer en voz alta en las fábricas de tabaco a operarias y operarios se convirtió en un hábito social. Esta tradición comenzó en 1865. Saturnino Martínez, fumador consumado, periodista y poeta publicó en esa fecha el periódico La Aurora, publicación de avanzada para la clase obrera que sirvió para ilustrar a la capa social de los trabajadores del tabaco principalmente, y tuvo la brillante y altruista idea de utilizar lectores durante la jornada laboral. Así, en la fábrica El Fígaro se dio inicio a la lectura en tabaquerías cubanas, costumbre que ha seguido hasta el día de hoy. Muchas veces estas lecturas eran consideradas subversivas porque la isla vivía bajo el régimen colonial español que vio su fin en 1898. Sin embargo, estas lecturas clandestinas fueron el mayor fermento nutricio de los obreros, además de que constituían un entretenimiento nada banal pues se leían en dichas tertulias obras de Víctor Hugo, como Los Miserables; de Alejandro Dumas como El Conde de Montecristo, que dicho sea de paso, bautizó una de las marcas más populares; de William Shakespeare, cuya obra Romeo y Julieta también sirvió como marca a otro habano muy codiciado en el mundo; de Balzac y Stendhal, de Edgar Allan Poe y Herman Melville y de muchos de los más notables escritores españoles, cubanos y latinoamericanos así como la imprescindible lectura de la prensa diaria.
 
 
Es notable hoy, y lo fue ayer, la capacidad que estos trabajadores pueden mostrar repitiendo de memoria capítulos de obras clásicas de prosa y de poesía. Quiero recordar que los discursos patrióticos del poeta nacional de Cuba y héroe de la independencia frente a España, José Martí, fueron leídos en voz alta en las tabaquerías de Tampa y Cayo Hueso a los tabaqueros que vivían exiliados en esas ciudades norteamericanas. La lectura de estos discursos que Martí pronunció en esos centros de trabajo le hicieron comentar a su regreso a Nueva York que los tabaqueros eran incondicionales aliados de la causa de la libertad de la isla.
 
La actividad del torcedor de tabaco no cesa ni aun en los momentos finales de la lectura. Con la chaveta o cuchilla curva, que es el utensilio ideal para cortar la hoja y luego enrollarla, golpean en la mesa de madera en señal de agradecimiento al lector que le ha proporcionado, sin duda, horas de gran placer y aventuras, y para rechazar al lector si no convence o si ha escogido una obra de poco interés, las tiran al piso en señal de desaprobación. Muchos de estos trabajadores inducidos por la lectura se decidieron, en épocas de difícil acceso a la escuela a aprender a leer y a escribir lo que hizo posible que esta capa social fuera la más capacitada del país.
 
 
El oficio del lector era y es sagrado. Sigue una disciplina rigurosa y como dice Araceli Tinajero en su libro El lector de tabaquería "los talleres siguieron el modelo conventual de elaborar una serie de reglas de conducta donde se enumeraban las horas de entrada, de salida a las actividades regulares, el silencio, el respeto y las buenas costumbres. Por ejemplo, los artesanos tenían que lavarse las manos en la mañana, hacer la señal de la cruz, ofrecerle su trabajo a Dios por medio de una plegaria y después comenzaban a trabajar".
 
El Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba incluyó la lectura de tabaquería en Patrimonio Cultural, reconociendo así la singularidad de esta tradición que no existe en ninguna otra parte del mundo.

Cuba aspira también a que el oficio del lector en las fábricas de tabaco sea incluido por la Unesco en su lista de Patrimonio Intangible de la Humanidad, por su originalidad y porque ha salvaguardado un tesoro de la memoria viva de una colectividad sui géneris.
 
Los libros, es sabido, no piensan por nosotros sino que nos enseñan a pensar y a soñar. Son como escribió el poeta norteamericano Walt Whitman, "diminutos barcos fletados desde la antigüedad, en ellos hemos viajado entre aguas quietas y turbulentas para enfrentar todo tipo de aventuras".

 
 
Los tabaqueros cubanos lo han sabido siempre, y con la lectura de las obras de los grandes autores han logrado seguramente una calidad más alta y refinada del tabaco. Concentrados en una novela, un poema o un simple anuncio clasificado, no miran al lector nunca sino que le imprimen a la hoja esa pasión por lo que escuchan, por las aventuras que viven y los sueños que sueñan para que el placer de los que hacen arder la hoja se convierta en éxtasis supremo. Y recuerde, querido aficionado, cuando usted crea que su tabaco ya le ha complacido lo suficiente, no lo apague en el cenicero, no lo humille, déjelo morir, lenta y dignamente.

Fuente: Granma.com



Libro recomendado:

 
En este bien documentado y ameno libro, la investigadora mexicana Araceli Tinajero nos entrega la historia y el retrato de una de las figuras más distintivas de la cultura cubana, el lector de tabaquería, que surge en la encrucijada de importantes prácticas sociales, políticas y literarias. El lector de tabaquería: Historia de una tradición cubana recibió Mención Honorífica en la categoría de ensayo histórico-social del Premio Casa de las Américas 2006


 

 

viernes, 16 de agosto de 2013

Punch estrena Edición Limitada

 
 
Punch es una de las marcas de Habanos más antiguas, fundada a mediados del siglo XIX por Don Manuel López de Juan Valle. Punch, cuyo nombre, proviene de una publicación humorística que estaba de moda en ese tiempo, continúa apareciendo en caricatura en cada una de las cajas de la marca con su Habano en la mano, rodeado de imágenes del siglo XIX que muestran la fabricación manual de los Habanos, y que son prácticamente iguales a las que en nuestros días se pueden apreciar en las Fábricas de Cuba.
 
Esta es la primera vez que la marca de Habanos Punch cuenta con una Edición Limitada. Punch Serie D’Oro No. 2 (cepo 52 por 140 mm de largo) es la vitola seleccionada de manera especial para esta Edición Limitada 2013. Estos 25 Habanos figurados –puntiagudos en uno de sus extremos- se han elaborado Totalmente a Mano, tras una exquisita selección de las hojas de capa, tripa y capote, de las vegas de Vuelta Abajo* (D.O.P) añejadas durante no menos de 2 años.
 
 
Esta Edición Limitada 2013 se ha producido, en cantidades muy reducidas. Los Habanos fueron elaborados por los torcedores más experimentados de Cuba para satisfacer el gusto de los fumadores más exigentes.
 
Punch Serie D’Oro No. 2, con el característico sabor aromático de la marca y con una fortaleza media, se presenta en Cajón Habilitado con Broche (CBB) de 25 unidades, y su llegada a todos los puntos de venta de todo el mundo está prevista para las próximas semanas de forma progresiva.
 
 
 
 
Las Ediciones Limitadas de Habanos* son muy apreciadas y esperadas todos los años por los aficionados alrededor del mundo. Se caracterizan porque sus vitolas no aparecen en la gama habitual del portafolio de la marca y se distinguen por una cuidadosa selección de sus hojas -capa, tripa y capote- las cuales han sido añejadas durante un período no menor a 2 años. La capa que viste estos Habanos, procedente de los pisos foliares superiores de la planta de Tabaco Tapado, es otra de las características que los identifican, pues suele ser más ligeramente oscura que la capa de las vitolas de la gama permanente de la marca.
Las Ediciones Limitadas se elaboran con las mejores hojas de tabacos de Vuelta Abajo* (D.O.P) Cuba.
 
 
 
 
 
 

lunes, 8 de julio de 2013

Homenaje a Don Alejandro

 
 
Alejandro Robaina aportó al reconocimiento mundial del tabaco cubano desde su condición de productor. En la 33 edición de la Feria Internacional de Turismo (FITCUBA 2013), se inauguró una estatua a tamaño natural de quien fuera el único cubano en nombrar una marca de puros de alta calidad, declarado además “Hombre Habano”
 
El escultor cardenense Julio Zamora (Nani) ha sido el autor de una estatua a tamaño natural del guajiro pinareño que dio nombre a la única marca de puros de alta calidad, Alejandro Robaina, quien falleció en el 2010, luego de ser declarado “Hombre Habano” y recorrer el mundo tras la imagen de este rublo cubano, típico de nuestra cultura e identidad.

La obra fue inaugurada en el contexto de la 33 edición de la Feria Internacional de Turismo (FITCUBA 2013) con sede en Varadero, del 7 al 10 de mayo, en el Centro de Convenciones Plaza América.
 
 

Con cierta similitud al Lennon de La Habana en cuanto técnica y estilo, el Robaina de Nani tributa a la memoria del reconocido productor tabacalero, quien en sus años mozos participó en la lucha contra la dictadura de Batista, y ya en la época revolucionaria retomó el cultivo del tabaco, una tradición familiar heredada de su abuelo español.

Desde entonces trabajó en función de obtener hojas de calidad e inmerso en destacar las exclusividades del puro cubano visitó naciones e intervino en eventos, de los cuales se recuerda su manera campechana de hombre de campo.

Cuentan que hallándose en una tienda especializada le preguntaron por qué al tabaco cubano lo atacaban los bichos y al obtenido en determinadas naciones europeas no. Robaina miró sereno a su interlocutor y dijo entrecortado “porque los bichos no comen mierda”. Seguido, apareció en su rostro una sonrisa discreta y dio unas palmadas sobre el hombro izquierdo del curioso.
 
Recomendaba conservar y mejorar la tierra, para que ésta adquiriera las características necesarias para el desarrollo de la planta. Abogaba por el uso de posturas con calidad, y por supuesto, consideraba que el toque final lo determinaba el esmero puesto en el cultivo, en eso creía y así lo hizo saber a sus coterráneos.


Don Alejandro Robaina falleció en Cuba el 17 de abril de 2010

 
 

 

 

domingo, 5 de mayo de 2013

Zonas tabaqueras de Cuba

 

En ningún otro lugar del mundo se cultiva un tabaco mejor que el de Cuba. Pero incluso aquí, sólo algunas tierras -o vegas- escogidas se consideran aptas para cultivar el tabaco con que se confecciona un Habano.
La mejor tierra del mundo para cultivar tabaco. Vuelta Abajo es la principal fuente del tabaco utilizado en la confección de Habanos. Además es la única región que produce todos los tipos de hoja. Pero incluso aquí, sólo una pequeña superficie, inferior a la cuarta parte, de las tierras productoras de tabaco posee la condición de Vegas Finas de Primera, consideración que se requiere para poder cultivar el tabaco para los Habanos.




 
Pinar del Rio: Nombre de la provincia donde se encuentran las más importantes zonas de cultivo en la parte occidental de Cuba, y nombre de la capital provincial. Al Este de la ciudad se encuentran algunas de las mejores tierras para cultivar el tabaco destinado a los Habanos, por ejemplo, la Vega Vizcaíno que es famosa por sus capas.
 
San Luis: Pequeño pueblo ubicado en el epicentro de la cultura tabacalera de Cuba, conocido principalmente por el cultivo de hojas de capa. Aquí se encuentran varias plantaciones famosas: Vega El Corojo y también las Cuchillas de Barbacoa, lugar donde se encuentra la conocida finca de la familia Robaina.
 
Semi Vuelta: Región situada también en la parte occidental de Cuba. Es conocida fundamentalmente por el cultivo de hojas de capote y de tripa para Habanos.
Sin embargo, la superficie empleada es muy pequeña: apenas el uno por ciento del total de las tierras productoras de tabaco de la zona de Semi Vuelta. También es buena tierra para semilleros.
La mayoría del tabaco que se cultiva en la zona de Semi Vuelta está destinada a otros fines.
 
Partido: Grupo histórico de zonas productoras de tabaco que se fundó a principios del Siglo XVII al sudeste de La Habana.
La zona de Partidos se especializa en el cultivo de hojas para capa.

La Habana: la capital de Cuba. Dio su nombre al más famoso producto de exportación de Cuba ya que desde el puerto de su bahía se embarcaban históricamente los Habanos para ser enviados al exterior. Sigue siendo sede de las más famosas fábricas de Habanos.

Vuelta Arriba: Región ubicada al este que abarca dos zonas productoras de tabaco muy distantes entre sí:

Remedios: La mayor y más antigua zona productora de tabaco de Cuba, y fuente de todos los tipos de hojas para una marca específica de Habanos: José L. Piedra. El suelo y el clima poseen características particulares, pero los métodos de cultivo utilizados aquí son los mismos de las demás regiones tabacaleras de Cuba.
 
Oriente: Fue en Bariay, en la parte más oriental de esta región, donde desembarcó Colón en 1492 y descubrió el tabaco cubano. Todavía hoy se cultiva aquí el tabaco, aunque no para la producción de Habanos.

 

Fuente: Pasión Habanos