domingo, 8 de julio de 2012

Lasioderma Serricorne o el Escarabajo del Tabaco



Este insecto es capaz de dañar el tabaco almacenado, tanto en rama como el producto manufacturado, y puede encontrase en cualquiera de sus fases de desarrollo: huevo, larva, pupa y adulto.



Los huevos, de color blanco y una longitud de aproximadamente 1/2 mm (1/64"), son depositados sobre el tabaco por las hembras adultas (hasta 100 huevos por hembra), y eclosionan entre 6 y 10 días más tarde. Los huevos sólo son viables durante unos 35 días.

Las pequeñas larvas, blanquecinas y con forma de gusano, miden unos 4 mm (1/6") al final de su desarrollo y están cubiertas de unos finos y largos pelos de color pardo que les dan una apariencia "peluda"; sus cabezas tienen una marcas pardo-amarillentas. Se alimentan durante un período de 5 a 10 semanas (dependiendo de la temperatura), y es durante esta fase cuando originan el enorme daño a los cigarros con sus perforaciones. A temperaturas inferiores a los 15-16 grados C (60 grados F) se aletargan, pudiendo permanecer en este estado durante varios meses.


Las larvas se transforman en pupas dentro de delicados capullitos durante un período de 2 a 3 semanas, permaneciendo inactivas durante este tiempo. El ciclo completo de vida, desde huevo a adulto, es de 10 a 12 semanas. En climas cálidos, pueden existir de 5 a 6 generaciones por año.


El imago o insecto adulto es ovalado, de unos 2 a 3 mm (1/10 a 1/8") de largo y con un color pardo-rojizo; tiene un cuerpo duro recubierto de finos pelos que le dan un brillo dorado; su cabeza está doblada hacia abajo, dándole un aspecto "jorobado". Es buen volador, prefiere la luz tenue, temperaturas superiores a 18 grados C (65 grados F) y puede vivir hasta un mes.



Los fabricantes de tabaco fumigan no sólo la materia prima en sus almacenes, sino también el producto terminado en cámaras de vacío adecuadas. Por supuesto, los tabacos falsificados y los "hechos en casa" no son sometidos a estos procesos. Por ello, a la hora de guardar los cigarros en nuestros humidores deberemos tener muy en cuenta aquellos cuyo origen no esté claramente determinado. Los puros que no han pasado los correspondientes tratamientos insecticidas tienen mayores probabilidades de contaminar nuestros mejores ejemplares.


La Lasioderma no sólo ataca a cigarros y cigarrillos, sino que también constituye una plaga para la mostaza, las guindillas, clavo, uvas pasas y material de tapicería. También puede provocar daños importantes en libros y todo tipo de plantas secas.

Un Partagás Serie D5 E.L 2008 atacado por Lasioderma


Generalmente no es necesario (¡ni aconsejable!) utilizar insecticidas sobre nuestros cigarros en el entorno doméstico. Un período de cuatro días de congelación intensa de los cigarros sospechosos destruirá todos los insectos que pudieran contener, cualquiera que sea la fase de desarrollo en la que se encuentren. Los cigarros se introducirán previamente en bolsas de plástico tipo "zip-lock", y se mantendrán un día en la nevera antes y después de su congelación con el fin de que la transición de temperaturas no sea tan brusca.


Los cigarros que han estado almacenados durante aproximadamente un año sin ningún signo de haber sido atacados, pueden ser considerados como "exentos de escarabajos". Pero pueden hacerse vulnerables si se mezclan con cigarros frescos o recién comprados, o si se colocan en un sitio donde un insecto hembra pudiera depositar nuevos huevos.


Téngase también en cuenta que el hecho de que mantener unas condiciones ideales de almacenamiento (21 grados C ó 70 F y un 70% de humedad relativa) no es suficiente para garantizar que los cigarros estén a salvo de los ataques de estos insectos.


Por Rafael Bernardo











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